Puntuación: 
Con esta ya van a ser demasiadas entradas en las que hablo de fútbol, pero es que no lo puedo evitar, tengo algo por dentro que me lo pide, que me obliga a tratar el tema.
El partido de ayer, la final de la copa del mundo de fútbol, fue un partido de película.
Yo empecé respetando mucho a los holandeses, por su historia, porque siempre me han caído bien, porque siempre han sido tipos con clase cuando han jugado en la liga española... pero ayer se convirtieron en los malos: dieron patadas de karate, protestaron al árbitro cuando ellos más estopa repartían...
Eso hizo que todos nos uniéramos aún más, que deseásemos más la victoria. No podíamos permitir que el mal triunfase. La emoción se sirvió en varios instantes, con jugadores solos frente al portero que no metían el gol deseado. El picante de la película estaba servido.
No contentos con eso el éxtasis se produjo a dos minutos del final, propio de una producción de Disney en la que los buenos meten el gol definitivo casi con el tiempo cumplido (solo habría faltado tener claro que nuestro portero iba a jugar manco en la tanda de penaltis).
Pero lo mejor estuvo al final, tras recoger el trofeo, tras la alegría, el capitán se desmoronó y se convirtió en una persona más persona aún y no pudo evitar besar a la mujer a la que amaba. Bonito, bonito.
Reflexión del día: ¡Qué bonita es la vida cuando todo sale bien!
Cita del día; "La película es mejor cuanto más malos son los malos"
(No sé de quién es, pero es una gran frase)
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