El otro día acabamos las clases. Como se trata de un día complicado, a alguien se le ocurrió llevar a un mago para entretener al chavalerío. He de decir que fue un acierto. Lo pasaron bien e hicieron algo diferente.
Mi sorpresa llegó al ver el elevado número de chavales/as que estaban tratando de descubrir dónde estaba el truco de cada juego de manos, de cada número de escapismo...
Al pobre hombre le pusimos un lugar demasiado iluminado, demasiado pequeño y demasiado cercano al público. Además, en el número más espectacular se le estropeó el aparataje. Eso hizo que, en verdad, se descubrieran varios de sus secretos (un número mínimo).
Mi reflexión, hoy, va por otro camino: ¿cómo es posible que el chavalerío haya perdido su ilusión por palomas que aparecen de la nada, por cartas que cambian de color o pañuelos que desaparecen en el aire? ¿Será que estamos sobreinformados y, por lo tanto, ya solo queremos saber el truco tras el truco? ¿Hemos perdido la ilusión por ser engañados/as?
Cita del día:
Qué agradable sería nuestra vida si nos la contasen como un cuento ,si no tuviéramos que vivirla como una historia!Agregado en: General
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Con respecto a tu pregunta, creo que hoy en día los chavales tienen de todo y ya no les hace ilusión un simple truco hecho con las manos. Hay que tener en cuenta que con un videojuego pueden acceder a un mundo fantástico y ser ellos los protagonistas.
Un abrazo. Te sigo leyendo.