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Creo que ya le he dedicado más de una entrada de este blog al mundo del fútbol. Es un tema que me gusta y que creo que tiene más importancia de la que parece a la hora de estudiar el comportamiento humano.
Este mundial me está sirviendo para ver algunos detalles que a veces se me escapan en el mundo del balompié.
La red de banderas que la gente tiene por las fachadas y que el día que acabe el mundial desaparecerán, de tal forma y modo que si alguna se queda allí a todos nos extrañe y digamos: ¿qué hace ahí una bandera de España? Me sorprende ese cambio de reglas que sucede en estas épocas. ¿Cómo es posible que algo que es tan normal en unas fechas se convierta en prohibido en otras?
Pero eso no es lo que más me ha llamado la atención. El otro día vi en la calle el final del partido Uruguay-Ghana. Fue espectacular, un derroche de adrenalina... la gente estaba emocionada. Pero lo que más me impresionó fue la reacción de los jugadores de ambos equipos, sobre todo las del tipo que falló el penalti en el minuto 121... inconsolable, llorón, espectacular, sensible, derrumbado... me llenó muchísimo y creo que también tuvo ese efecto empático en miles de personas (o millones, quizás). Otro tipo que decide tirar el penalte por el centro y fácil (a lo Panenka) y que demuestra con eso más valor que ningún otro de los que estaba.
Emoción a raudales en gente que no entiende de fútbol en el España - Paraguay (ah , pero España es la de azul dijo alguien a mitad del primer tiempo)... gente que saltó y gritó con los goles de España (digo "los" porque todos saltamos con el aulado.
He visto un mundial en el que las lágrimas, los saltos y las sonrisas han estado por encima de los insultos y el mal gusto (como ven, he negado la posibilidad de hablar de Maradona, otro tipo que también lloró).
Reflexión del día: Quizás esas imágenes son las que me hacen pensar que el ser humano es un poco más humano y un poco menos mecánico de lo que a veces nos hacen ver.
Cita del día: El fútbol es un deporte que se juega con el cerebro (Cruyff).
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