Puntuación:
Ya he comentado varias veces por aquí que soy profesor. Como estamos a final de curso llegan las evaluaciones y todos los años veo una serie de problemas recurrentes que son causados por lo que considero un error a la hora de aplicar justicia.
Entendemos que el café pa' todos/as es el paradigma de la justicia universal, igual que antiguamente se consideraba que este paradigma lo mostraba la ley del talión (ojo por ojo = ojo al cuadrado).
Es habitual que a algunos/as alumnos/as se les suba unas décimas o un punto para evitar que se queden todo el verano con una asignatura y así puedan tener más opciones en selectividad. También es habitual que esta política se ejerza con alumnado que está rozando con los dedos la matrícula de honor. Estas son prácticas habituales y que no perjudican a terceros, a mi humilde entender.
El caso es que este año me he visto con el problema de que alguien me ha exigido que le ponga un 8 cuando su nota media era un 6,7 y cuando su examen final estaba suspenso (un examen pensado para subir nota). La justificación: si a Mengano le has subido ocho décimas a mí también tienes la obligación de hacerlo. Esta política también es asimilida por parte del profesorado con frases como "a Fulano no puedo subirle dos décimas porque entonces tendría que subírselas también a Perengano".
Creo que la justicia moderna se basa en la individualidad de las personas y en el hecho de que el Café pa' todos no es admisible (olvidemos los 400 euros para ricos y pobres de ZP o los 2500 euros que de nada sirven a parejas pudientes del estado español... creo que no son muestras de justicia, sino estrategias electorales).
Reflexión: Para poder ayudar al débil hay veces que hay que olvidar al fuerte... en caso de igualar los recursos que les damos a los demás, seremos más injustos que si nos dedicamos a estudiar caso por caso. Quizás esta forma de actuar nos cree enemigos y nos haga desesperarnos, pero será, finalmente, justa.
Cita del día: "Hay que ser justo en la injusticia"
(Me la ha comentado mil veces mi compañero A.D., aunque no sé si es suya)
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Muchos años después, un sobrino mío con nota media de notable alto en los dos años de Bachillerato, se encontró conque en junio le suspendieron una asignatura con un 4,7... en septiembre le volvieron a suspender con una nota similar por lo ual tuvo que estar todo un año con una sola asignatura que al año siguiente y con distinta profesora sacó con un notable alto. Un año perdido.
Hay ejemplso para todos los gustos ahora que, cuando hay café para todos, se puede dar café a todos pero, cuando no, dárselo al menos a quien ha demostrado merecerlo.
Conozco muy de cerca esa encrucijada a la que te enfrentas.
Recuerdo de cuando era joven el caso de un compañero de estudios que se suicidó arrojándose por la ventana de la biblioteca. Yo no le conocía personalmente, pero luego me enteré de que era un becario de origen muy humilde y que cursaba sus estudios gracias a la beca y al sacrificio de su familia. Pero había suspendido una asignatura de segundo por muy pocas décimas, lo que le suponía perder su beca. Para él suspender una asignatura no significaba lo mismo que para mí, y estoy seguro de que esa rigidez de los listones, que no tiene en cuenta cada caso particular, no es justa. Y no sólo porque una vida humana bien vale subir la nota unas décimas, sino porque estoy convencido que si ese chico hubiese continuado su carrera no habría sido peor profesional que los demás que habían aprobado en esa convocatoria.