sábado, 2 de junio de 2012

La trastienda de las estrellas

El otro día estuve charlando con una amiga porque ha abierto una tienda cerca de mi casa y quería saber qué tal le iba y todo eso.

El caso es que acabamos hablando sobre los actores y me contó que una amiga suya, siendo niña,  había conocido a Cary Grant lejos de las luces de los platós y, también, había visto alguna vez a Rita Hayworth.

Lo que más me gustó fue saber que el perfecto y elengantísimo Grant gustaba de lucir camisas de flores y gordas cadenas de oro en la intimidad de su familia. Se parecía más a un hortera que a un gentleman. Me hizo reír, pero también me hizo pensar en él como en un pobre tipo que deseaba mostrar una cara al público que no era la suya, una cara que era la que los demás querían ver.

Eso nos recordó a aquella frase de la Hayworth, que decía que los hombres no la querían porque se acostaban con Gilda y se levantaban con ella. Mi amiga confirmó que Rita era una pobre desgraciada.

Entonces pensé en cuántas estrellas del firmamento de la fama se ven obligadas a mostrar una cara que no es la suya cada vez que se encuentran con los medios. He oído que Pablo Carbonell es un hombre de costumbres avinagradas con los demás y sé que Gila tenía muy malos modos y muy mal humor porque era vecino de mis abuelos cuando vivían en Zamora. Mi abuelo solía contarme que era muy maleducado y que no aguantaba a los niños pequeños, que era muy desagradable y que casi nunca hablaba con los vecinos (sin embargo su mujer de entonces era encantadora, en opinión de mis abuelos).

Reflexión del día: es mejor no conocer a la persona que hay tras la estrella, podría defraudarnos.

Cita del día: “Lo que me sorprende de la vida no son los matrimonios que fracasan, sino los matrimonios que tienen éxito”. (Rita Hayworth)

No hay comentarios:

Publicar un comentario