martes, 19 de marzo de 2013

Saltos de trampolín

Me fascina que dos de las principales cadenas de televisión hayan hecho una apuesta por programas en los que se muestran saltos de trampolín realizados por famosos. Creo que este no es uno de los deportes con más interés para el público medio (si alguien tiene datos que me rectifiquen, que lo diga).

Yo le he dedicado al programa lo mismo que a esta disciplina en las Olimpiadas (no ha llegado a 5 minutos), aunque me he tenido que tragar todos los resúmenes que ponen en el telediario (sí, en el telediario, junto con la crónica del choriceo y la elección del nuevo Papa ).

Imagino que el interés del público debe radicar en reírse del salto de Falete y en emocionarse con la lágrima fácil de la historia de superación de uno de los reyes del petardeo... pero a mí me parece que este programa no tiene interés ninguno.

¿Por qué lo ve la gente, entonces? Pues porque llevan semanas diciéndonos que ha sido un éxito en otros países y que tenemos que verlo y nosotros, claro, hacemos caso. Me gustaría que alguien me llevase la contraria y me dijera que es muy ineresante/emocionante/educativo/entretenido... pero creo que nadie de los que ve ese programa lee mi blog.

La cita de hoy no tiene que ver con la entrada, pero la pongo porque me encantó cuando la ley.

El vídeo tiene dos pasodobles, el segundo tiene mucho que ver con mi reflexión.

Reflexión del día: somos capaces de comer/ver mierda, solo porque la tele nos dice que ya lo ha hecho mucha gente.

Cita del día: No des tantas explicaciones en tu vida: tus amigos no las necesitan, tus enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden.




1 comentario:

  1. Me ha gustado la entrada porque todo lo que dice es cierto, ese programa no tiene sentido y creo que la gente solo lo vio el día que saltó Falete

    D.V.L

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